jueves, 11 de febrero de 2010

Mi amiga es anoréxica

Ya hace 5 años desde que mi mejor amiga es anoréxica.
Era un día de esos que te hacen sonreír sin saber por qué. Laura (así se llama) y yo teníamos cita en la esquina y ella tardaba como siempre. Cuando vino estaba muy excitada y parecía que algo le había pasado. Antes de saludarme ya había empezado a contarme lo que le había pasado:
- Chica, ¡qué día tan perfecto! Andando con los auriculares encima vi al chico más guapo en el mundo, alto, con la sonrisa más bella. Como lo vi me quedé con la boca abierta, contemplando esa criatura extraterrestre. En un momento noté que ese mismo me miraba como si me conociera y así fue. Resultó que nos conocíamos desde niños y que nuestras madres aún son amigas. Me invitó a tomar un café pero como sabía que tengo una cita contigo le rechacé. Bueno, nos vemos otro día, me dio su número.
Laura parecía muy feliz y al cabo de unos días empezó a salir muy frecuentemente con el chico y con el tiempo se enamoró de él. Al principio todo iba bien, él era el chico más amable y todo eso. Pero justo cuando se enamoró más él empezó a desenamorarse. Dejó de llamar a mi amiga, siempre tenía una excusa para no salir con ella. Laura no salía de su casa, el chocolate y los pañuelos ya eran sus mejores amigos. Ella quería entender por qué su novio había dejado de salir con ella y así trataba de acertar la causa. Inventó muchas razones pero al fin pensó que era porque estaba gorda, no gorda, gordísima. En vano intentaba yo provocarla y así Laura se puso al régimen. A lo mejor no era un régimen sino una hambruna, un suicidio. No tenía hambre y poco después su cuerpo se acostumbró con lo poco que comía y empezó a rechazar lentamente la comida. Sus padres la llevaban y aún la llevan a diferentes doctores, especialistas y gracias a ellos Laura está viva. Ahora se está curando pero ya no es la misma. ¡Y todo eso por pena amorosa!

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